Melosidad de la Dulzura El análisis de las cinco rasas trascendentales antes mencionadas también se hace en el Bhakti-rasamrta-sindhu. Allí se dice que los rasas trascendentales se experimentan de cinco maneras progresivas. Sin embargo, en cierto momento, un rasa se experimenta como el más dulce de todos. Srila Krsnadasa Kaviraja Goswami ha hecho un análisis práctico con el siguiente ejemplo: "Éter, aire, fuego, agua y tierra son cinco elementos diferentes. El sonido se experimenta en el éter. El sonido y el tacto se experimentan en el aire. El sonido, el tacto y la forma se experimentan en el fuego. El sonido, el tacto, la forma y el sabor se experimentan en el agua. Y el sonido, el tacto, la forma, el sabor y el olor se experimentan en la tierra. La tierra posee las cualidades de todos los elementos. El análisis es que cada cualidad elemental se desarrolla a través de la otra mediante un desarrollo gradual, pero la última, es decir, la tierra, posee todas las cualidades." Del mismo modo, la suavidad trascendental experimentada en la etapa de santa-prema se desarrolla en la etapa de dasya-prema y luego en sakhya-prema. Se desarrolla aún más en vatsalya-prema, y por último el desarrollo completo se manifiesta en la etapa de madhurya-prema, porque madhurya-prema incluye todos los rasas experimentados en todas las demás etapas devocionales. Según el Srimad-Bhagavatam (10.82.45), la Personalidad de Dios está completamente obligada por el servicio amoroso trascendental prestado en el estado de madhurya-prema: mayi bhaktir hi bhutanam amrtatvaya kalpate distya yad asin mat-sneho bhavatinam mad-apanah La Personalidad de Dios dijo: "El servicio devocional amoroso hacia Mí es en sí mismo la vida eterna de la entidad viviente. Mis queridas vaqueritas, el afecto que tienen en sus corazones por Mí es la única causa de alcanzar Mi favor". En el Bhagavad-gita (4.11) se dice ye yatha mam prapadyante tams tathaiva bhajamy aham mama vartmanuvartante manusyah partha sarvasah La Personalidad de Dios declara que Él es experimentado en proporción al grado de entrega de uno. El Señor corresponde en Sus diferentes manifestaciones a los sentimientos particulares de Sus devotos.