El problema de la muerte tampoco está resuelto. Ninguno de los conocimientos científicos del ser humano ha resuelto el problema de la muerte. El avance del conocimiento material puede simplemente acelerar el problema de la muerte; nadie puede salvar a una persona de las crueles manos de la muerte. El descubrimiento de la bomba atómica y otros grandes inventos similares del fértil cerebro del científico, simplemente han aumentado el problema de la muerte. Los tontos científicos no saben que la bomba atómica es en realidad el plan de la Madre Naturaleza, que está segura de matar a la población endemoniada cuando ésta aumenta desproporcionadamente. Los economistas modernos también creen en las leyes de la naturaleza y confirman que el aumento irrestricto de la natalidad en la población humana ciertamente resultará en hambruna, pestilencia, epidemias y guerra. Por lo tanto, el plan de los llamados estados civilizados de matar a los seres humanos con bombas atómicas y de hidrógeno es en realidad el plan de la Madre Naturaleza para castigar a los tontos malhechores. Todo es ejecutado automáticamente por la Madre Naturaleza en cuanto el ser humano viola sus leyes. Sin embargo, la gente tonta, por su indebida vanidad, piensa que el plan está hecho por ellos. Para ejecutar su severo castigo, la Madre Naturaleza dicta al cerebro humano la capacidad de inventar la bomba atómica. Tontamente, el ser humano quiere atribuirse el mérito de tales inventos, que están destinados únicamente al castigo. Aprendemos este hecho del Bhagavad-gita (3.27), donde se dice que todo es hecho por prakrti o la Madre Naturaleza. Pero la insensata entidad viviente, hinchada por la vanidad del aprendizaje, se considera falsamente el Creador.