“Nuestra principal enfermedad es que deseamos acumular disfrute material, cosas no relacionadas con Krishna, simplemente para la gratificación de los sentidos. Obtenemos placer de la gratificación sensorial, pero no encontramos placer en cantar los santos nombres del Señor y servirLo, quien es el objetivo último de todo disfrute. Esta es nuestra mala fortuna. Justo como alguien que padece ictericia no disfruta el azúcar cande, quienes estamos apegados a la gratificación sensorial, no disfrutamos el dulce de los santos nombres o el servicio al Señor. Cuando el cuerpo esta intoxicado, el dulce es agrio. Más aun el azúcar cande es la única medicina para la ictericia. Cuando uno aplica la cura, el azúcar cande gradualmente comienza a saber dulce. Similarmente nuestra aversión al Señor y nuestro apego a la gratificación sensorial gradualmente disminuirán si gustosamente o sin él cantamos el santo nombre y servimos al Señor Supremo. Cuando nos curamos, saboreamos la dulzura del servicio del Señor y el dulce santo nombre automáticamente ocupara nuestros sentidos espirituales en el servicio del trascendental Señor.” [1]
[1]. Amṛta vani, Nectar of Instructions for Immortality, p. 229. (Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Prabhupāda)†