El Señor Visnu dijo, "Mi querida Laksmi, usted ha escuchado de Mi las glorias del Primer Capítulo del "Bhagavad-gita. Ahora, por favor, escuche cuidadosamente, como le relato las glorias del Segundo Capítulo.
Una vez en el Sur en la ciudad de "Pandharpur", vivía un erudito Brahmana de nombre Devashyama. El podía ejecutar todas las clases de sacrificios de fuego. También sabía la importancia de recibir huéspedes. Y por sus actividades procuró satisfacer a todos los semidioses. Pero en su corazón y mente, él no tenía paz ni felicidad. El deseó conocer la relación de las almas con la Superalma, Paramatma, y para este fin él solía invitar a muchos yogis y tapasvis, para rendirles toda clase de servicios y preguntarles acerca de la Verdad Absoluta. En esta forma el pasó muchos años de su vida.
Un día, mientras estaba caminando, vio un yogi en frente de él, sentado con las piernas cruzadas y sus ojos fijos en la punta de su nariz, totalmente absorto en meditación. Devashyama pudo percibir que este yogi era totalmente pacifico, y sin ningún deseo material. Devashyama, con el más grande respeto y reverencia, cayó a los pies de ese yogi, y le preguntó sobre cómo pudo alcanzar la completa paz de la mente. En ese momento, el yogi, quien tenía completo conocimiento de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Krishna, aconsejó a Devashyama ir a la aldea de Sowpur y encontrarse con Mitravan; Quien era un pastor de cabras, y tomar de él, instrucciones en la ciencia de la realización de Dios. Después de escuchar esto, Devashyama, una y otra vez, ofreció sus respetuosas reverencias a los pies del yogi e inmediatamente salió para Sowpur. Cuando llegó allá, encontró en el lado norte, un hermoso bosque donde se informó que Mitravan vivía. Cuando entró al bosque, vio en la orilla de un pequeño río, a Mitravan sentado sobre la cima de unas rocas.
Mitravan lucía muy hermoso y totalmente pacifico. En el bosque el viento estaba soplando muy suavemente, y un agradable aroma emanaba de todas las direcciones. Las cabras se movían, sin temor, de un lugar a otro. Algunas estaban sentadas, muy pacíficamente, cerca de tigres y otros animales furiosos.
Cuando Devashyama vio esa escena, su mente se apaciguó, y respetuosamente se aproximó a Mitravan y se le sentó cerca. Mitravan parecía estar totalmente absorto en meditación. Después de algún tiempo Devashyama le preguntó, cómo él podría alcanzar devoción por el Señor Krishna. Cuando Mitravan escuchó esta pregunta, por un momento se sumió en profunda meditación. Entonces respondió, "Mi querido erudito Devashyama, una vez, hace mucho tiempo, yo estaba en el bosque ocupándome de las cabras, cuando un tigre muy furioso atacó. En ese momento, todas las cabras, corrieron de aquí a allá, para salvarse. Yo también escape debido al miedo al tigre. Desde alguna distancia yo miré hacia atrás y vi que una de mis cabras estaba enfrentándose con el tigre en la orilla del río.
En ese momento una extraña y maravillosa cosa sucedió. El tigre perdió toda su ira y deseo de comerse a mi cabra. En consecuencia, mi cabra le preguntó, "Usted ha conseguido su comida, entonces, ¿Porqué no está comiendo la carne de mi cuerpo? Usted debería matarme inmediatamente, y con gran placer consumir mi carne. ¿Por qué esta vacilando?".
El tigre dijo, "Mi querida cabra, desde que vengo a este lugar, toda ira me ha dejado y no tengo hambre ni sed".
La cabra dijo, "Todavía no comprendo porque me siento intrépida y pacífica. ¿Cuál puede es la razón de esto? Si usted sabe, por favor, amablemente infórmeme".
El tigre respondió, "Yo tampoco lo se, preguntémosle a esa persona. Cuando yo vi ese cambio en las actividades del tigre y de la cabra, me asombré mucho. En ese momento ellos dos se me aproximaron y me preguntaron sobre la razón. Yo noté que un mono estaba sentado sobre la rama de un árbol cercano. Fui junto con ellos dos y le preguntamos al rey de los monos, El mono respondió nuestra pregunta con gran respeto.
“Escuchen, lo que les diré, es una muy vieja historia. En este bosque, justo en frente de ustedes, hay un gran templo en donde el Señor Brahma instaló una Sivalinga. Hace tiempo, un erudito sabio de nombre "Sukama", quien había ejecutado muchas austeridades, vivía allí. Diariamente, él ofrecía flores del bosque y agua del río, y adoraba al Señor Siva.
En esta forma él vivió aquí por muchos años, cuando un día llegó un sabio. En ese momento, Sukama trajo frutas y agua y alimentó al sabio. Después de que el sabio comió y descansó, Sukama le habló, "Oh, gran sabio, por la única razón de obtener conocimiento del Señor Krishna, estoy yo viviendo aquí, ejecutando austeridades y adoración. Pero los resultados de mis austeridades han sido logrados hoy por estar en contacto con usted".
Cuando el sabio escuchó las palabras de Sukama, las cuales estaban llenas de sumisión, se sintió muy complacido. Y escribió sobre un pedazo de piedra el Segundo Capítulo del "Srimad Bhagavad-gita. Entonces instruyó a Sukama de leer diariamente esos versos. “Por hacerlo así, puede rápidamente alcanzar su meta". Después de haber hablado esto, el sabio desapareció de este lugar mientras Sukama estaba mirándolo. Después de eso, siguiendo las instrucciones del sabio, Sukama recitó esos versos diariamente por el resto de su vida. Muy rápidamente alcanzó completo conocimiento del Señor Krishna. Y desde el día que empezó a recitar esos versos, no sintió más hambre ni sed.
Y debido a estas austeridades y devoción, en este lugar, quienquiera que viene aquí, no siente las punzadas del hambre ni la sed, e inmediatamente alcanza completa paz.
Mitravan dijo, "Mi querido Devashyama, después que el mono hubo terminado de decirnos esa maravillosa historia, yo fui con el tigre y la cabra al templo. Nosotros encontramos allá, escrito en un pedazo de piedra, el Segundo Capítulo del Srimad Bhagavad-gita". Y yo empecé a recitar esos versos diariamente. En esta forma nosotros pudimos alcanzar, muy rápidamente, la devoción al Señor Krishna.
Mi querido Brahmana, si usted también empieza a recitar los versos del Segundo Capítulo del Srimad Bhagavad-gita, rápidamente alcanzará la misericordia del Señor Krishna".
El Señor Visnu dijo, "Mi querida Laksmi, en esta forma, Devashyama alcanzó conocimiento de Mitravan, y después, adorando esa gran alma, retornó a Pandharpur, y recitó diariamente el Segundo Canto. Devashyama solía recitar, primero ante él, el Segundo Capítulo del Srimad Bhagavad-gita. En esta forma Devashyama alcanzó los pies de loto del Señor Krishna.
Mi querida Laksmi, estas son las glorias del Segundo Capítulo del Srimad Bhagavad-gita.