Paripraśnena la base esencial para poder progresar
De acuerdo con sus actividades fruitivas, la entidad viviente obtiene así un cuerpo apropiado, con una mente y unos sentidos materiales. El final de la reacción de su actividad particular recibe el nombre de muerte, y el principio de un nuevo tipo de reacción recibe el nombre de nacimiento.[1]
Desde tiempo inmemorial, la entidad viviente viaja de especie en especie y de planeta en planeta, casi eternamente. El proceso se explica en la Bhagavad-gītā: bhrāmayan sarva-bhūtāni yantrārūḍhāni māyayā: Bajo el hechizo de māyā, todos vagan por el universo en el carruaje del cuerpo ofrecido por la energía material. La vida materialista lleva consigo una serie de acciones y reacciones. Es un largometraje de acciones y reacciones, y el tiempo que dura una vida no es más que un fotograma de esa proyección de reacciones. Cuando nace un niño, debemos entender que el cuerpo que ha adquirido es el principio de otra unidad de actividades, y cuando muere un anciano, debemos entender que una unidad de actividades reactivas ha llegado a su fin.
Podemos ver cómo, por actividades reactivas distintas, un hombre nace en una familia rica, y otro nace en una familia pobre, aunque nacen los dos en el mismo lugar, en el mismo instante y en la misma atmósfera. El que trae consigo actividades piadosas recibe la oportunidad de nacer en una familia piadosa o rica, y el que trae actividades impías recibe la oportunidad de nacer en una familia inferior, en una familia pobre. Cambiar de cuerpo significa cambiar de campo de actividades. Algo similar ocurre cuando el cuerpo de un niño se transforma en un cuerpo adolescente; sus actividades infantiles se transforman en actividades juveniles.
Está claro que la entidad viviente recibe un cuerpo determinado para un determinado tipo de actividad. Ese proceso es perpetuo, y viene produciéndose desde tiempos a los que es imposible remontarse. Anādi karama-phale, dicen los poetas vaiṣṇavas: No es posible estudiar el curso de las acciones y reacciones de nuestra actividad, pues puede incluso que, tras acabar el último milenio de la vida de un brahmā, continúen en el milenio siguiente. Tenemos un ejemplo en la vida de Nārada Muni. En un milenio era el hijo de una sirvienta, y al milenio siguiente se convirtió en un gran sabio.
... Comprendiendo la verdadera naturaleza de la entidad viviente, debemos marchar por el mundo libres de apegos y firmes en nuestro propósito.
La persona sensata que ha entendido la filosofía de la vida y la muerte, se siente muy afectada al escuchar la horrible condición infernal de la vida dentro y fuera del vientre de la madre. Pero los problemas de la vida, hay que solucionarlos. Un hombre sensato debe entender que el cuerpo material es algo miserable. Sin dejarse afectar más de lo necesario debe tratar de averiguar si existe alguna solución. Para entender la puesta en práctica de esas soluciones, debe relacionarse con personas liberadas.
Debemos emplear nuestro tiempo en realizar servicio devocional con conciencia de Kṛṣṇa. Ésa es la solución al problema de la vida y la muerte.[2]
Hay diversas clases de existencia material para la entidad viviente, según la actividad que realice bajo el influjo de la ignorancia o el olvido de su verdadera identidad.
Quien caiga en ese olvido, será incapaz de entender dónde van a terminar sus movimientos. Una vez dentro de la existencia material continuada, salir es muy difícil. Por esta razón, la Suprema Personalidad de Dios viene personalmente, o envía a Su representante genuino, y a Su paso deja Escrituras como la Bhagavad- gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam, de manera que las entidades vivientes que deambulan en la oscuridad de la ignorancia puedan sacar provecho de las enseñanzas, de las personas santas y de los maestros espirituales, para de ese modo, liberarse. Si no recibe la misericordia de las personas santas, del maestro espiritual o de Kṛṣṇa, la entidad viviente no puede salir de la oscuridad de la existencia material; por su propio esfuerzo, no es posible.[3]
Al respecto existe una enseñanza esencial:
tad viddhi praṇipātena paripraśnena sevayā upadekśyanti te jñānaṃ jñāninas tattva-darśinaḥ
“Tan sólo trata de aprender la verdad acudiendo a un maestro espiritual. Hazle preguntas de un modo sumiso y préstale servicio. Las almas auto realizadas pueden impartirte conocimiento, porque han visto la verdad.”[4]
El sendero de la comprensión espiritual es indudablemente difícil. El Señor nos aconseja, por ello, que acudamos a un maestro espiritual genuino que forme parte de la línea de sucesión discipular proveniente del propio Señor. Nadie puede ser un maestro espiritual genuino, si no sigue este principio de sucesión discipular. El Señor es el maestro espiritual original, y una persona que forme parte de la sucesión discipular, puede comunicarle a su discípulo el mensaje del Señor tal como es. Nadie puede llegar a la iluminación espiritual mediante un proceso que él mismo haya manufacturado, como lo estilan farsantes necios. El Śrīmad-Bhāgavatam (6.3.19) dice: dharmaṃ tu sākśād bhagavat-praṇītaṃ, el sendero de la religión lo enuncia el Señor directamente. De manera que, la especulación mental o los argumentos áridos no pueden ayudarlo a uno a encontrar la senda correcta. Ni puede uno progresar en la vida espiritual mediante el estudio independiente de libros de conocimiento. Para recibir el conocimiento, uno tiene que acudir a un maestro espiritual genuino. A un maestro espiritual de esa índole se le debe aceptar con plena entrega, y uno debe servir al maestro espiritual como un sirviente ordinario, sin vanidad. Satisfacer al maestro espiritual autorrealizado es el secreto del avance en la vida espiritual. Las preguntas y la sumisión constituyen la combinación idónea para lograr la comprensión espiritual. A menos que haya sumisión y servicio, las preguntas que se le hagan al maestro espiritual versado no serán eficaces. Uno debe ser capaz de pasar la prueba del maestro espiritual, y cuando el maestro ve el deseo genuino del discípulo, automáticamente lo bendice con genuina comprensión espiritual. En este verso se condenan tanto la adhesión ciega como las preguntas absurdas. No sólo debe uno oír sumisamente al maestro espiritual, sino que también se debe llegar a comprender claramente lo que él dice, con sumisión, servicio y preguntas. Un maestro espiritual genuino es por naturaleza muy bondadoso con el discípulo. Así pues, cuando el estudiante es sumiso y siempre está dispuesto a prestar servicio, la correspondencia del conocimiento y las preguntas se vuelve perfecta.
A continuacion se presenta la siguiente historia para ejemplificar como la mala asociacion culmina en la degradacion progresiva de la conciencia.
La historia de la maldición de Nalakūvara y Maṇigrīva.
Los dos grandes semidioses Nalakūvara y Maṇigrīva eran hijos de Kuvera, el tesorero de los semidioses, quien era un gran devoto del Señor Śiva. Las opulencias materiales de Kuvera, por la gracia del Señor Śiva, no tenían límite. A menudo, los hijos de los hombres ricos se vuelven adictos al vino y a la vida sexual. Una vez, estos dos semidioses, con el deseo de disfrutar, entraron al jardín del señor Śiva en la provincia de Kailāsa, a orillas del Mandākinī Ganges. Allí, ellos bebieron mucho y se dedicaron a oír los dulces cantos de las hermosas mujeres que los acompañaban en aquél jardín de fragantes flores. En estado de ebriedad, ellos se internaron en las aguas del Ganges, el cual estaba cubierto de flores de loto, y se pusieron a disfrutar de la compañía de las jóvenes tal como los elefantes disfrutan a las elefantas dentro del agua. Mientras Nalakūvara y Maṇigrīva se divertían así en las aguas del Ganges, de repente ocurrió que Nārada, el gran sabio, pasó por ahí. Nārada pudo comprender que los semidioses Nalakūvara y Maṇigrīva estaban demasiado embriagados para darse cuenta de su presencia. Las jóvenes, no obstante, no estaban tan embriagadas como los semidioses, y de inmediato se avergonzaron de estar desnudas ante el gran sabio Nārada. Ellas se cubrieron a toda prisa. Los dos semidioses hijos de Kuvera estaban tan embriagados, que no pudieron apreciar la presencia del sabio Nārada, y, por lo tanto, no cubrieron sus cuerpos. Al ver tan degradados por la embriaguez a los dos semidioses, Nārada deseó favorecerlos, y, en consecuencia, exhibió su misericordia sin causa para con ellos, maldiciéndolos. Debido a que el gran sabio se compadeció de ellos, quiso terminar con su falso disfrute de la embriaguez y la compañía de muchachas jóvenes, y quiso que ellos viesen al Señor Krishna cara a cara. Él pensó maldecirlos sobre la base de lo siguiente. Nārada dijo que la atracción a los placeres materiales se debe a un incremento de la modalidad de la pasión. Generalmente, cuando a una persona que se encuentra en el mundo material, la favorece la fortuna con riquezas materiales, se vuelve adicta a tres cosas: a la bebida, a la vida sexual y a los juegos de azar. Los hombres opulentos materialmente, envanecidos por la acumulación de riquezas, se vuelven tan poco misericordiosos, que se dedican a asesinar animales, abriendo mataderos. Y, además, ellos piensan que jamás habrán de morir. Esas personas necias olvidan las leyes de la naturaleza, y están locamente enamoradas del cuerpo. Ellos olvidan que el cuerpo material, por mucho que haya avanzado en términos de la civilización, incluso hasta la posición de los semidioses, será finalmente reducido a cenizas. Mientras vivimos, sin importar cuál sea la condición externa de nuestro cuerpo, encontramos dentro de él solamente excremento, orina y diversas clases de gusanos. Entregados de esa manera a la envidia y a la violencia en contra de otros cuerpos, los materialistas no comprenden cuál es la meta última de la vida, y, al no conocer está meta, se deslizan generalmente a una condición infernal. Esos necios cometen en sus nacimientos siguientes toda clase de actividades pecaminosas a causa de este cuerpo temporal, y quedan incluso incapacitados para comprender si de hecho este cuerpo les pertenece o no. Generalmente se dice que el cuerpo le pertenece a quien lo alimenta. En consecuencia, debemos considerar si nuestro cuerpo nos pertenece personalmente o si le pertenece al amo a quien servimos. El amo dice tener pleno derecho sobre los cuerpos de sus esclavos, alegando que él los alimenta. Cabe aquí preguntar entonces ¿si el cuerpo le pertenece al padre, quien es el amo que aporta la simiente de este cuerpo, o a la madre, quien, mediante su propia sangre y secreciones, desarrolla en su vientre el cuerpo del niño? Los necios se dedican a cometer toda clase de pecados, debido a la concepción errónea de identificar el cuerpo material con el yo. Pero uno debe ser lo suficientemente inteligente como para comprender a quién le pertenece este cuerpo. La persona necia se dedica a matar a otros animales para mantener el cuerpo, pero no considera si este cuerpo le pertenece a él o a su padre, madre o abuelo. En ocasiones, un abuelo o un padre le entregan su hija a un hombre en carácter de caridad, con la intención de recibir a cambio el niño que le nazca a ella. El cuerpo también le puede pertenecer a un hombre más fuerte que lo obliga a trabajar para él. Algunas veces, el cuerpo del esclavo se le vende al amo, con la idea de que éste se volverá el propietario de dicho cuerpo. Y al final de la vida el cuerpo le pertenece al fuego, ya que se lanza en el fuego y es reducido a cenizas. O si no, se tira a la calle para que se lo coman los perros y los buitres. Antes de cometer cualquier clase de pecado para mantener el cuerpo, deberíamos comprender a quién le pertenece el mismo. Finalmente, se concluye que el cuerpo es un producto de la naturaleza material y que al final se funde con ella. Por consiguiente, la conclusión debe ser que el cuerpo le pertenece a la naturaleza material. No debemos creer equivocadamente que nuestros cuerpos nos pertenecen. ¿Por qué dedicarse a matar para conservar una falsa posesión? ¿Por qué matar animales inocentes para mantener el cuerpo.? Cuando un hombre se encuentra neciamente enamorado del falso prestigio de la opulencia, no se interesa en ninguna instrucción moral, sino que se entrega al vino, a las mujeres y a la matanza de animales. En tales circunstancias, un hombre muy pobre, a menudo está mejor situado, ya que un hombre pobre piensa en sí mismo en relación con los demás cuerpos. Por lo general, un hombre pobre no desea infligir daño a otros cuerpos, pues puede comprender más fácilmente que cuando a él mismo le hacen daño, siente dolor. Por ello, el gran sabio Nārada consideró que, como los semidioses Nalakūvara y Maṇigrīva estaban tan perdidamente enamorados del prestigio falso, se les debería poner en una condición carente de opulencia. Una persona que recibe alfilerazos en su cuerpo no desea que otros sufran alfilerazos. Un hombre considerado que esté en la pobreza, no desea que a otros se les ponga en la misma condición. Es común ver que aquél que se ha levantado de una vida de pobreza y se ha vuelto rico, crea al término de su vida alguna institución de caridad para el beneficio de otros pobres. En pocas palabras, un hombre pobre que es compasivo se identifica con las penas y placeres de los demás. Un hombre pobre rara vez se envanece con el orgullo falso, y puede estar libre de toda clase de infatuación. Él puede permanecer satisfecho con cualquier cosa que consiga para la manutención por la gracia del Señor. Permanecer en la condición de pobreza es un tipo de austeridad. En consecuencia, los brāhmaṇas, de acuerdo con la cultura védica, se mantienen en una condición de pobreza como algo rutinario, a fin de salvarse del envanecimiento que la opulencia material ocasiona. El envanecimiento producto del avance de la prosperidad material es un gran impedimento para la emancipación espiritual. Un hombre pobre no engorda artificialmente comiendo cada vez más. Y debido a que no puede comer más de lo que necesita, sus sentidos no son muy turbulentos. Y cuando los sentidos no son muy turbulentos, él no puede ponerse violento. Otra ventaja de la pobreza es que una persona santa puede entrar fácilmente en la casa de un hombre pobre, y así, el hombre pobre puede aprovechar la compañía de la persona santa. Un hombre muy opulento no permite que cualquiera entre en su casa; por lo tanto, las personas santas no pueden entrar. De acuerdo con el sistema védico, una persona santa adopta la posición de mendigo, y con el pretexto de pedirles algo a los jefes de familia, puede entrar en cualquier casa. El jefe de familia, quien por lo general se ha olvidado de todo lo referente al avance espiritual por estar ocupado en el mantenimiento de los asuntos familiares, puede beneficiarse con la compañía de un hombre santo. Para el hombre pobre existe una gran oportunidad de liberarse mediante la compañía de un santo. ¿De qué sirven las personas envanecidas por el prestigio y la opulencia material, si están privadas de la compañía de las personas santas y de los devotos de la Suprema Personalidad de Dios? Después de eso, Nārada creyó que era su deber poner a esos semidioses en una condición que les impidiera sentirse falsamente orgullosos de su opulencia y prestigio materiales. Nārada sentía compasión por ellos, y deseó salvarlos de su caída vida. Ellos se encontraban inmersos en la modalidad de la oscuridad, y como no podían controlar sus sentidos, eran por lo tanto adictos a la vida sexual. Era el deber de una persona santa como Nārada salvarlos de su abominable condición. En la vida del animal, éste no tiene ninguna capacidad para comprender que está desnudo. Pero Kuvera era el tesorero de los semidioses, un hombre muy responsable, y Nalakūvara y Maṇigrīva eran dos de sus hijos. Aún así, se habían vuelto tan animales e irresponsables, que su ebriedad les impedía comprender que estaban desnudos. Cubrir la parte inferior del cuerpo es un principio de la civilización humana, y el hombre o la mujer que olvida este principio se degrada. Por lo tanto, Nārada pensó que el mejor castigo para ellos era convertirlos en árboles o entidades vivientes inmóviles. Los árboles son inmóviles por las leyes de la naturaleza. Aunque los árboles estén cubiertos por la modalidad de la ignorancia, no pueden hacer daño. El gran sabio Nārada creyó conveniente que, aunque los hermanos serían castigados por su misericordia convirtiéndose en árboles, conservaron su memoria para que fueran capaces de saber por qué se les castigaba. Generalmente, la entidad viviente olvida su vida anterior después de cambiar de cuerpo, pero en casos especiales, por la gracia del Señor, uno puede recordar, como en el caso de Nalakūvara y Maṇigrīva. Por lo tanto, el sabio Nārada consideró que los dos semidioses deberían permanecer en la forma de árboles durante cien años, de acuerdo con la medida de tiempo de los semidioses, después de lo cual serían lo suficientemente afortunados como para ver cara a cara a la Suprema Personalidad de Dios, por Su misericordia sin causa. Y, entonces, se les ascendería de nuevo a la vida de semidioses y grandes devotos del Señor. Después de esto, el gran sabio Nārada regresó a su morada conocida como Nārāyaṇa-āśrama, y los dos semidioses se convirtieron en árboles, conocidos como los árboles gemelos arjuna. Los dos semidioses fueron favorecidos por la misericordia sin causa de Nārada, y se les dio la oportunidad de crecer en el jardín de Nanda y ver al Señor Krishna cara a cara.
Paripraśnena la base esencial para poder progresar.
Los devotos puros del Señor son más poderosos que las aguas del sagrado río Ganges. Uno puede obtener beneficio espiritual del prolongado uso de las aguas del Ganges. Pero uno puede ser santificado de inmediato por la misericordia de un devoto puro del Señor. En la Bhagavad-gītā se dice que cualquier persona, sin tener en cuenta que haya nacido como śūdra , mujer o comerciante, puede refugiarse en los pies de loto del Señor, y por hacer eso puede regresar a Dios. Refugiarse en los pies de loto del Señor significa refugiarse en los devotos puros. Los devotos puros cuyo único interés es el de servir, son honrados con los nombres de Prabhupāda y Viṣṇupāda, que indican que dichos devotos son representantes de los pies de loto del Señor. Por consiguiente, todo aquel que se refugia en los pies de loto de un devoto puro mediante el hecho de aceptarlo como su maestro espiritual, puede purificarse de inmediato. Esa clase de devotos del Señor son honrados de la misma manera en que se honra al Señor, pues liberan del mundo material a las almas caídas, que el Señor quiere que regresen al hogar, de vuelta a Dios. Según las Escrituras reveladas, dichos devotos puros son mejor conocidos como vicedioses. El discípulo sincero del devoto puro considera que el maestro espiritual es igual al Señor, mas siempre se considera a sí mismo un humilde sirviente del Señor. Ése es el sendero devocional puro.[5]
jaya jaya śrī-kṛṣṇa-caitanya-nityānanda jayādvaitacandra jaya gaura-bhakta-vṛnda Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura es uno de los ācāryas más prominentes de esta época y sirviente de Śrīmati Rādhārāṇī, mientras que Gadādhara Pandit quien es Śrīmati Rādhārāṇī misma (svarūpa śakti), son personalidades muy importantes que han venido para iluminarnos y ocuparnos en el servicio devocional.
Identidad de Gadādhara PanditD
Gadādhara Pandit forma parte de los asociados eternos de Śrī Caitanya Mahāprabhu, es decir del Pañca-tattva o la personificación de la Verdad Absoluta en cinco aspectos. Primero es el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu quien es la Suprema Personalidad de Dios, luego Nityānanada Prabhu quien representa todas las expansiones de Krishna; aunque Krishna tiene su forma original, Él mismo se expande en ilimitadas formas en el mundo espiritual para entretener a tantos diferentes devotos en diferentes rasas o relaciones, eso es bhaktākhyaṃ o las expansiones de Krishna, y luego se tiene Bhaktavatar (una encarnación divina para distribuir amor de Dios), sus avatares. Krishna desciende para aparecer dentro del ambiente material. Sri Advaita Acarya, representa las encarnaciones del Señor Supremo y después bhakta-śaktikam (la potencia interna del Señor Supremo, Śrīmati Rādhārāṇī) en la forma de Gadādhara.
Claro que el misterio de la aparición de Gadādhara Pandit es difícil de comprender, y diferentes vaiṣṇavas han comentado de distintas maneras la causa de su aparición como energía y el eterno compañero, Gour-Gadādhara (Śrī Caitanya Mahāprabhu y Gadādhara) igual que Rādhā y Krishna.
Gadādhara es muy especial porque tiene el humor de Rukmini. Los ācāryas explican en un concepto más prominente que como Śrī Caitanya Mahāprabhu tiene el humor desafiante de Śrīmati Rādhārāṇī entonces Gadādhara tiene el humor sumiso de Candrāvalī Rukmini.
Motivo de la aparición de Gadādhara.
Todas las gopis que siguen el lado derecho (por denominarlo de alguna manera), son más conservadoras, ellas tienen una modalidad más sumisa y las gopis del lado izquierdo, Rādhā y sus gopis seguidoras, tienen una modalidad desafiante, muy intima con Krishna, tanto que a veces parece que están en contra de Él. En esa modalidad entro en la forma de Śrī Caitanya Mahāprabhu y entonces la sombra de Śrīmati Rādhārāṇī, lo que se queda es Gadādhara Pandit. Algunas veces ciertos devotos muy íntimos de Śrī Caitanya Mahāprabhu en casa de Śrīvāsa Pandit vieron que Śrī Caitanya Mahāprabhu tomaba la forma negruzca de Krishna y Gadādhara tomaba una forma dorada de Śrīmati Rādhārāṇī y bailaban en éxtasis como Rādhā y Krishna. Algunas pocas personas tuvieron esa visión, esa capacidad de ver tan íntimamente el sentimiento de Gadādhara Pandit. Gadādhara Pandit era un íntimo asociado de Śrī Caitanya Mahāprabhu, estando siempre a su lado y queriéndolo servir y siempre hacia guirnaldas para Él y ofrecía pétalos, exactamente como lo hace Śrīmati Rādhārāṇī con Krishna. Todo ese servicio se asemejaba al servicio de Śrīmati Rādhārāṇī en Vrindavan, por esa razón los ācāryas concluyen que él tiene esa posición particular, aparte de eso era un pandit y siempre exponía las escrituras especialmente el Śrīmad-Bhāgavatam. Cuando Śrī Caitanya Mahāprabhu quería escuchar el Śrīmad-Bhāgavatam lo escuchaba de vaiśṇavas o de Raghunātha Bhaṭṭa Gosvāmī quien siempre recitaba el Srimad Bhāgavatam con melodías muy especiales.
Una vez Śrīmati Rādhārāṇī pidió al Señor Supremo Nārāyaṇa tomar un cuerpo masculino para que ella pudiera servir siempre a Krishna sin que la gente le criticara. Ella quería servir a Krishna, pero como es una joven (claro que todo eso es un lila, un pasatiempo) diferentes miembros de la familia de Śrīmati Rādhārāṇī y diferentes miembros mayores de Vrindavan, criticaban a Rādhā y Krishna por la familiaridad de sus tratos. Como Rādhā tiene un esposo, no pueden estar así, entonces ella pidió al señor Nārāyaṇa y a los semidioses: por favor, otórguenme un cuerpo masculino. Los gaura-vaiṣṇavas consideran que esa es la respuesta de que Śrīmati Rādhārāṇī apareció con un cuerpo masculino en la forma de Gadādhara, todo es un lila, estos pasatiempos se presentan para manifestar el pasatiempo de Śrī Caitanya Mahāprabhu y Śrīmati Rādhārāṇī.
Vaiśṇava-aparādha, Lo que debemos evitar para no detener nuestro servicio devocional.
Gadādhara nació en una familia de grandes devotos y siempre practicaba y enseñaba conciencia de Krishna y acepto a Śrī Puṇḍarīka como su maestro espiritual. En cierto momento Gadādhara se olvidó de su mantra Gāyatrī dado por su maestro espiritual cuando este último no estaba presente, debido a que Śrī Puṇḍarīka en un lila del Señor Jagannātha fue castigado por el amor del Señor, Gadādhara le dijo a Śrī Caitanya Mahāprabhu si podía decirle el mantra Gāyatrī para que lo escuchara de nuevo por que había olvidado unas de las líneas. El mantra Gāyatrī especialmente en esos tiempos, no es como el nuestro que se compone de 7 o 8 líneas, sino que recibían 100 o hasta mas líneas, dependiendo del guru. Siendo el mantra Gāyatrī meditaciones de cómo el Señor y sus potencias son ilimitadas, asi como sus devotos tambien son ilimitados, puede haber un mantra Gāyatrī para Krishna, un mantra Gāyatrī para Siva, uno para Brahma, otro para Śrī Caitanya Mahāprabhu. Hay diferentes mantra Gāyatrī para todos ellos; puede haber cientos o miles de ellos. Entonces él se había olvidado de algunas líneas y le pidió a Śrī Caitanya Mahāprabhu que se lo recitará de nuevo, pero Él se negó dándonos el ejemplo de que no podemos sobrepasar al guru. Śrī Caitanya Mahāprabhu es la propia Suprema Personalidad de Dios, ¿quién sería más cualificado para dar el mantra Gāyatrī que Él?. Sin embargo Śrī Caitanya Mahāprabhu le dijo:
Tú tienes que ir con tu maestro espiritual y escucharle de nuevo (el discípulo debe escuchar de su maestro espiritual).
Gadādhara Pandit también acepto iniciación de Śrī Puṇḍarīka de una forma muy particular:
Él siempre buscaba a los vaiśṇavas puros debido a que en el tiempo de Śrī Caitanya Mahāprabhu había muchos vaiśṇavas, asi como también muchos māyāvādīs, muchos impersonalistas que se presentaban como Vaiśṇavas pero no tenían la filosofía vaiśṇava, así que él preguntó a Mukunda ¿Dónde hay vaiśṇavas puros?. Él lo llevo a casa de Śrī Puṇḍarīka y cuando observó que tenía mucha opulencia Gadādhara dudo. Pero después Śrī Puṇḍarīka mostró el éxtasis al escuchar los pasatiempos de Krishna. Un éxtasis que duró cerca de 8 a 10 horas continuamente; entonces Gadādhara pensó:
Yo tuve un mal concepto de esa gran personalidad, le pediré que por favor me inicie, de esta manera le serviré toda la vida para olvidar la ofensa.
Tan grave son las ofensas contra los vaiśṇavas que Gadādhara nos dio ese ejemplo y él ni siquiera dijo algo tan solo tuvo un pensamiento en la mente, solo dudó por un momento de Śrī Puṇḍarīka; una duda mental por un segundo y él lo consideraba una ofensa tan grave porque Śrī Puṇḍarīka es un gran vaiśṇava, concluyendo que lo tenía que servir toda la vida para recompensar. Por supuesto que siendo un gran vaiśṇava quería refugiarse en él. Así es la cultura vaiśṇava; es una cultura de amor, donde ésta traspasa los límites de simplemente estar buscando la justicia externa, claro que tenemos que tener justicia externa, pero finalmente los vaiśṇavas ponen más énfasis en el amor por Krishna y el respeto a todas las entidades vivientes.
A veces nosotros somos muy apegados a la moralidad, a ciertas reglas y regulaciones, a la justicia y salimos un poco del sentimiento de un vaiśṇava, claro que tampoco como tales seamos tontos y permitir que personas en el nombre de ser vaiśṇavas hagan cosas indebidas, ni podemos hacer eso.
Un vaiśṇava es muy misericordioso, esa es su característica principal: su humildad, su compasión, su misericordia y su tolerancia, esas son sus cualidades prominentes, y después hay cualidades de moralidad, justicia, etc. Pero esos son menos importantes, claro que desafortunadamente personas que no son Vaiśṇavas establecidos utilizan ese concepto para cometer actividades indebidas inmorales y justificarlo. Sri Gadādhara Pandit es Śrīmati Rādhārāṇī, eterna compañera o eterno compañero de Śrī Caitanya Mahāprabhu para ayudarle a realizar sus actividades y prácticamente todo el tiempo Gadādhara Pandit estaba sirviendo a Śrī Caitanya Mahāprabhu. Se dormía al lado de sus pies de loto y cuando Śrī Caitanya Mahāprabhu desapareció del planeta Gadādhara fue instruido para seguir llevando a cabo la filosofía Vaiśṇava y de enseñar el Śrīmad-Bhāgavatam a los demás vaiśṇavas, pero Gadādhara estaba tan sobrecogido de separación, que cuando Śrī Mahāprabhu se fue, simplemente comenzó a llorar, y sin dejar de hacerlo hasta que no pudo soportar más la separación, por que los vaiśṇavas no toleran la separación debido a que son tan apegados el uno con el otro.
Por ejemplo: Cuando Śrīla Prabhupāda partió, su hermana, quien también lo era espiritualmente por ser discípula de Śrī Śrīmad Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Prabhupāda, estaba tan apegada a él que prácticamente solo se lamentaba y solo quería dejar su cuerpo para estar de nuevo con su hermano, pasaba día y noche cantando el santo nombre y escuchando los pasatiempos de Śrī Śrī Rādhā y Krishna y su más grande placer en la vida era cocinar para los vaiśṇavas. Ella pasaba todo el tiempo invitándolos para que pudiera cocinarles y complacerlos especialmente a los sannyāsas. Nadie podía resistir su invitación. Así es el amor.
Entonces Gadādhara Pandit es la personificación de tal amor íntimo por Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Propósito del ayuno.
Antes de la caída de la lluvia, toda la superficie del globo casi se agota de todo tipo de energía y parece muy improductiva. Después de la caída de la lluvia, toda la superficie de la Tierra se pone muy verde por la vegetación, y luce muy sana y fuerte. Aquí se hace la comparación con la persona que se somete a austeridades para satisfacer un deseo material. La condición floreciente de la Tierra después de una estación lluviosa se asemeja al cumplimiento de los deseos materiales. Algunas veces, cuando un país está subyugado por un gobierno indeseable, las personas y los partidos se someten a severas penitencias y austeridades para tomar el control del gobierno; y cuando obtienen el control, florecen, dándose a sí mismos generosos salarios. Esto también es como el florecimiento de la Tierra en la estación lluviosa. En realidad, uno debe someterse a severas austeridades y penitencias únicamente para alcanzar la felicidad espiritual. En El Śrīmad-Bhāgavatam se recomienda que la tapasya, o penitencia, debe aceptarse para comprender al Señor Supremo. Por aceptar austeridades en el servicio devocional, uno recupera su vida espiritual, y tan pronto como una la recupera, disfruta de bienaventuranza espiritual ilimitada. Pero si alguien se somete a austeridades y penitencias por alguna ganancia material, El Bhagavad-gītā afirma que los resultados son temporales y que los desean las personas de poca inteligencia.[6]
La penitencia con la que uno puede ver a la Personalidad de Dios cara a cara se sobrentiende que es el servicio devocional que se le presta al Señor, y nada más, debido a que uno puede acercarse al Señor sólo ara realizar servicio devocional con amor trascendental. Esa penitencia es la potencia interna del Señor, y no es diferente de Él. Esos actos de la potencia interna se exhiben mediante la ausencia de apego hacia el disfrute material. Las entidades vivientes están enjauladas en las condiciones del cautiverio material, debido a su propensión al enseñoreamiento. Pero por dedicarse al servicio devocional del Señor, uno se desapega de ese espíritu de disfrute. Los devotos se desapegan automáticamente del disfrute mundano, y ese despego es el resultado del conocimiento perfecto. Por lo tanto, la penitencia del servicio devocional incluye el conocimiento y el desapego, y ésa es la manifestación de la potencia trascendental.
Uno no puede disfrutar de la ilusoria prosperidad material se desea regresar al hogar, regresar a Dios. Aquel que no tiene información acerca de la bienaventuranza trascendental que se siente en la compañía del Señor, tiene el tonto deseo de disfrutar de esta temporal felicidad material. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que si alguien quiere ver al Señor sinceramente y al mismo tiempo quiere disfrutar de este mundo material, se considera que es sólo un tonto. Aquel que quiere permanecer aquí, en el mundo material, en aras del disfrute material, no tiene porque entrar en el eterno Reino de Dios. El Señor favorece a un devoto así de tonto, al arrebatarle todo lo que posea en el mundo material. Si dicho tonto devoto del Señor trata de ocupar de nuevo su posición, entonces el misericordioso Señor le arrebata de nuevo todo lo que posea. Debido a esos repetidos fracasos en el campo de la prosperidad material, el se vuelve muy impopular entres sus familiares y amigos. En el mundo material, los familiares y amigos honran a las personas que tienen mucho éxito en acumular riquezas por cualquier medio. Luego el devoto necio del Señor es puesto a la fuerza en una situación de penitencia, por la gracia del Señor, y al final, el devoto se vuelve muy feliz, pues se dedica al servicio del Señor. Por consiguiente, la penitencia en el servicio devocional del Señor, bien sea por la sumisión voluntaria o por haber sido forzado por el Señor, es necesaria para alcanzar la perfección, y, así pues, esa penitencia es la potencia interna del Señor. Sin embargo, uno no puede dedicarse a la penitencia del servicio devocional sin estar completamente libre de todo pecado. Como se declara en la Bhagavad-gītā, sólo una persona que se encuentre completamente libre de todas las reacciones de los pecados, puede dedicarse a la adoración del Señor. Brahmājī estaba exento de pecados, por lo cual siguió fielmente el consejo del Señor: “tapa, tapa”; y el Señor, sintiéndose satisfecho con eŽ, le otorgó el resultado deseado. De nodo que, sólo el amor y la penitencia juntos pueden complacer al Señor, y, en esa forma, uno puede obtener Su misericordia completa. Él dirige a la persona impecable, y el devoto impecable logra la máxima perfección de la vida. [7]
Existe otro tipo de alimento śuka-mukhād, como dice el Śrīmad-Bhāgavatam: śuka-mukhād amṛta-drava-saṃyutam debemos alimentarnos de la boca de Suka deva Gosvami y de sus devotos, porque así es el verdadero alimento, claro que el prasadam[8] es muy especial pero a veces tenemos que dejar el alimento externo para alimentarnos más internamente, ese es el propósito del ayuno. El propósito del ayuno es escuchar mas, cantar mas, ocuparnos más en el servicio a Krishna, no simplemente ayunar y pensar que yo soy un gran yogui o un gran vairāgī o que yo puedo ayunar más que los demás, eso es simplemente la fuerza del cuerpo, pero la fuerza del alma es ayunar para poder escuchar y glorificar a Krishna.
Todas las glorias a Śrī Guru y Gaurāṅga todas las glorias a Śrīla Prabhupāda, ¡ki jaya!.
Fin del comentario de Su Santidad Guru-prasād Svāmī al Capítulo 4 del Anuśiṣṭān intitulado “Paripraśnena la base esencial para poder progresar”
[1]. ŚB. 3.31.44. jīvo hy asyānugo deho bhūtendriya-mano-mayaḥ/ tan-nirodho ‘sya maraṇam āvirbhāvas tu sambhavaḥ